Virginia Longstride

Nombre de Soltera: Virginia Domic Moreau
Nombre de Casada:Virginia Longstride

Edad: 22

Raza: Humana

Grupo: Realeza Inglesa

Ocupación: Reina Consorte de Inglaterra

Características Físicas: De apariencia virginal, la reina posee facciones angelicales y llenas de luz. Su cara es de forma oval por donde cabellos rubios rizados bajan por sus mejillas, al igual que por sus hombros y espalda. Su imagen es el ideal para los poetas y pintores; ojos azules claros, similares al color del cielo, cuya expresión de dulzura y misterio suele ser su punto más atractivo, pues demuestran lo que el alma misma siente; de nariz pequeña y respingada, herencia de su madre; labios rosados y carnosos, delicados y tersos al igual que la piel blanca que cubre su rostro. Tiene unos hombros y cuello delicados, finos. Su piel es blanca, rosada, de textura tersa. Una de sus características son sus manos por su forma alargada y delgada, muy estilizada. Pechos prominentes y cintura estrecha. Su estatura es promedio, así que no es muy alta pero tampoco muy pequeña.

Características Psicológicas: Es una mujer bastante encantadora y elocuente, con ciertos toques sensuales y sofisticados. Su carácter no es muy difícil de llevar, pues suele ser dulce y comprensiva. Se muestra, ante sociedad, como una mujer educada y elegante, con comentarios atinados en su mayoría y actitud extrovertida. Con su marido es una mujer profundamente enamorada y sumisa. Trata de llevarse bien con sus hijastros, sin embargo, el único que parece tener cierta simpatía por ella es el varón; la hija del rey no parece estar del todo aliada con ella, pues muchas veces ha manifestado su desacuerdo ante el matrimonio de su padre.

Hobbies:
º Bailar en las fiestas que se realizan en Palacio
º Mantener conversaciones con sus damas de compañía
º Escuchar a los poetas leerle
º Varios en realidad, casi nunca realiza actividades que sean de rutina, siempre ha sido muy espontánea, si algo le gusta lo lleva a cabo pero no como fanática.

Historia

Nací en tierras Francesas bajo el techo de una familia acomodada. Mi padre era el capitán del ejército Francés que, en su tiempo, era del rey Francois Depaul. Mi madre, por otro lado, fue una mujer a la que conocí muy poco realmente, pues murió cuando yo tenía escasos tres años, presa de la cólera. Mi hermana mayor, Marion, fue la que tomó el papel de la ama de casa en nuestro hogar, educándonos a mi y mi hermano tres años más grande que yo. He de aceptar que Marion hizo un buen papel como nuestra madre. A mi me inculcó muy bien la educación para llegar a ser una buena esposa algún día, mientras que mi hermano, Claude, sólo obtuvo ciertos conocimientos básicos hasta que mi padre dio forma a su educación cuando cumplió los siete.
Ya que mi padre disponía de una situación económica muy buena, se comenzó a planear el matrimonio de mi hermana Marion cuando ésta tuvo veintidós. Su mano había sido pedida por un marqués bastante bien parecido, así que en cuanto mi padre tuvo conocimiento de eso, dio permiso del matrimonio y yo me quedé sin hermana mayor.
Pasaron los años y yo fui creciendo. A mis veintidós mi padre contrajo una enfermedad parecida a la de mi madre, así que cuando el doctor nos dijo que no le quedaba mucho tiempo, mi padre comenzó a mover gente para que mi futuro y el de mi hermano quedara asegurado. Así fue como el hijo del rey, Jaques, quien al fallecer su padre había tomado su puesto, mostró cierto interés por mi aún estado de soltería y pidió mi mano. Mi padre de inmediato consintió el compromiso y a los pocos días, murió.
Claude y yo fuimos trasladados de nuestro antiguo hogar al palacio, donde Jaques le dio a mi hermano el puesto de consejero. Yo sería la futura reina de Francia y, sin embargo, sentía que algo me faltaba.
Jaques puso todo su empeño para que yo me encontrara en un ambiente de comodidades, pero no hablaba mucho con él porque siempre se encontraba ocupado.
La primera y única fiesta real en Francia que se realizó mientras yo era la prometida del Rey fue la que se realizó en honor al Rey de Inglaterra, William Longstride. Por lo que sabía hasta la fecha, el hombre era viudo y Jaques planeaba casar a William con su hermana, Cerise, para hacer una alianza tanto política como sanguínea. Así el lazo amistoso entre países sería aún más fuerte.
Así pues, mis prometido mandó hacer para su hermana un vestido precioso, bordado en hilos de plata y telas color violeta. Para mi, había mandado hacer un vestido rosado con tela vaporosa que cubría la tela más dura, bordados en oro y perlas incrustadas, al igual que joyería adecuada.
La fiesta fue una pompa absoluta, con comida abundante, personas importantes, música hermosa y pláticas amenas.
El rey William se mostró muy atento en todo momento y las historias que me contaba de sus hazañas eran tan hermosas que pronto encontré al rey inglés mucho más interesante que mi prometido.
Platicamos durante horas, tomamos vino y cuando menos lo esperé, el rey me propuso romper mi compromiso actual y casarme con él. Honestamente veía mas jugoso un matrimonio con el rey extranjero a Jaques, así que al día siguiente informé a mi prometido que el compromiso se disolvería y esa noche partí hasta Inglaterra donde, días después, contraje matrimonio con William y me convertí en la reina consorte de Inglaterra.